sábado, 23 de febrero de 2013

Salvemos la paz, Santos



Carta abierta del comandante de las FARC-EP al presidente Santos
En nuestro país las cosas siempre han ocurrido así. Las clases dominantes, ensoberbecidas por una mal disimulada arrogancia, resuelven todos los asuntos según su particular e interesada visión de la realidad. Despreciando y desconociendo las opiniones contrarias. Sus facciones, enfrentadas a veces por mezquinos propósitos económicos y políticos, como sucede hoy con Uribe, se reconcilian hermanadas cuando se trata de aplastar las mayorías que rechazan sus designios rectores. Aquí su palabra y sus cañones son la ley, lo único que vale y cuenta. Por eso existe una previa elaboración de los diálogos de paz y sus resultados, la que el gobierno concibió de antemano, sin considerar lo que pensemos nosotros ni mucho menos la inmensa mayoría que puja por tomar parte en el proceso, y a la que se amenaza con cárcel si llega a conversar con nosotros.
En San Vicente del Caguán, en el acto de entrega de títulos de tierras a unas cuantas familias campesinas, con el consabido recurso de acreditar planes y programas de la actual administración, lo que en buena parte corresponde en verdad a viejas políticas distintas, el Presidente de la República dio parte de un millón seiscientas mil hectáreas tituladas por su gobierno y más de ciento cincuenta mil víctimas reparadas. De ese modo aparece como el gran benefactor que materializa sus proyectos legislativos de redención social. Ni una sola voz de los millones de desterrados o víctimas fue consultada por el Estado acerca de las leyes con que se pretendía favorecerlos. No se trataba de eso, sino de atender otra clase de conveniencias.
Santos las puso en evidencia al decirles que ahora podrán acudir a los bancos, para que les presten, en adelante se llamarán sujetos de crédito. Su intención es convertirlos en grandes productores de alimentos para el mercado mundial, tal y como lo recomienda la FAO, la entidad mundial que jamás ha podido solucionar las hambrunas en África, Asia o Haití, pero que en cambio ha servido para implementar la globalización del mercado de alimentos en beneficio de grandes corporaciones. La historia de la lechera es antigua, la pobre soñaba con una enorme fortuna hasta que el tropiezo la trajo a la triste realidad. Esos campesinos deberán asociarse con grandes capitales para producir lo requerido, y endeudarse. Serán los seguros perdedores. Su suerte me recuerda a Las uvas de la ira, la famosa novela de John Steinbeck.
Arroceros, cañeros, cafeteros, gremios poderosos que alguna vez lideraron la economía, enfrentan hoy duras realidades y el gobierno se niega a atenderlos. No son su prioridad. Lo más indicado para ellos, al decir de los expertos, es buscar nuevas actividades productivas en las que puedan ser competitivos. Cuestión de las leyes del mercado, se trata de flexibilizar y tener iniciativa. Ese lenguaje de Santos para los campesinos, de alejar las diferencias, trabajar juntos, rápido, ir de la mano para lograr los objetivos de prosperidad y empleo, rememora la cálida palabrería con la que desde la antigüedad los avarientos han embolatado al pobre infeliz al que se aprestan a privar de sus centavos. El negocio será para los grandes banqueros y consorcios, son sus intereses los que representa el gobierno. No nos digamos mentiras, Santos.
No puede resultar indiferente para nosotros que el Presidente de la República que desde el comienzo mismo de su gobierno buscó contactarnos para dialogar de paz, argumentando que reconocía buena parte de justicia en nuestras reclamaciones, aunque no los métodos que empleábamos para hacerlas, se presente a San Vicente un 20 de febrero, rememorando el fin de los diálogos del Caguán, en una acto calificado por él mismo como doblemente simbólico, para denostar de todos los modos posibles contra las FARC y sus comandantes más queridos, sin hacer la más mínima mención al proceso de paz que se cumple con su gobierno en La Habana. ¿Es que acaso al calificar de experiencia triste y muy lamentable aquel esfuerzo frustrado de reconciliación, sintió vergüenza y horror de referirse a las actuales conversaciones?
Creíamos que Santos era sincero al manifestar que soñaba con pasar a la historia como el Presidente que consiguió la paz para Colombia. Lo mandó a decir de tantas maneras, dio tantas muestras de querer en realidad alcanzarlo, que su comportamiento y sus palabras en San Vicente del Caguán nos han dejado perplejos. Ni una sola vez mencionó la que consideró bandera fundamental de su gobierno, en cambio pudiéramos decir que pareció el vivo retrato de su paso por el Ministerio de Defensa en la administración Uribe, el viejo maestro del Pinzón de hoy. ¿Es esa la forma como se crea un ambiente propicio para el proceso y los diálogos? ¿Así es como el gobierno nacional aporta su cuota a la reconciliación, Santos?
Eso de que las FARC hemos arrebatado no sé cuántas hectáreas a no sé cuántos miles de campesinos, así como toda la cantaleta con relación a que estamos obligados a darle cara a las víctimas del conflicto, como si alguna vez hubiéramos manifestado nuestra negativa a hacerlo, podemos solucionarlo de un modo sencillo y práctico. Conformemos una comisión de alto nivel, integrada por delegados de las FARC-EP y el gobierno nacional, con participación de gremios y diversas organizaciones sociales, con los garantes que sean necesarios, para que en Colombia, en condiciones de seguridad, se encargue de visitar y verificar la situación real de los predios que se dicen arrebatados por nosotros. Y que convoque a todas las posibles víctimas para atender sus casos y precisar responsabilidades.
Pero que se convoquen también las víctimas del Estado, los desterrados por el Ejército y los grupos paramilitares. Y se aclare también lo mismo. Y cada quién responda. Podemos discutir en la Mesa de Conversaciones, con participación del país, la atención que deben merecer los informes finales. Diversas personalidades internacionales, Estados y organizaciones regionales han manifestado su apoyo al proceso de paz en Colombia. Con todos estamos sinceramente agradecidos. Por eso nos parece oportuno que el Presidente Jimmy Carter, el ALBA, UNASUR, la CELAC y los que proponga el gobierno, tomen parte en la comisión mencionada. Si bien es cierto que en la Mesa se han adelantado importantes avances de acuerdos, las actitudes oficiales que con los pretextos mencionados se repiten, amenazan con hundirlo en un pantano. Saquémoslo de ahí, ya, Santos. La tan estrecha y calculada concepción del proceso apunta a ahogarlo. Salvémoslo”.
www.farc-ep.co

ONU mostró su apoyo al proceso de paz


“No hay otra iniciativa de Gobierno que puede mejorar de manera más importante la situación de derechos humanos en Colombia, como el proceso de paz. Donde hay conflicto hay violaciones de derechos Humanos”, señala el informe.
“Pero una paz sostenible no va a ser posible sin enfrentar las violaciones del pasado de manera seria. No hay excusa para que se violen los Derechos Humanos”, agrega Todd Howland, representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Según el documento dado a conocer este viernes la ONU asegura que “para lograr la paz hay queasegurarse que ni las Farc, ni el Estado repetirán las violaciones a los derechos humanos. Se deben respetar la verdad y la justicia con las víctimas”.
De la misma manera, advierte que el proceso debe producir una transformación significativa en la sociedad para que los miembros de la guerrilla no vuelvan a involucrarse en actividades armadas o a unirse a grupos de “post-desmovilización”.
El informe sostiene que debe evitarse encarar las violaciones de los derechos humanos, cometidas durante el conflicto, con amnistías u otras formas de “impunidad que simplemente infringen las obligaciones de los derechos humanos. El pasado debe utilizarse para transformar positivamente a Colombia”, señala.

Restitución de tierras
Así mismo, en el informe la oficina de Derechos Humanos de la ONU señala que todos los esfuerzos por reparar y reconocer los derechos de las víctimas son válidos.
“La ley de Víctimas y restitución de tierras reconocen a las víctimas y obligan al Estado a protegerlas. Hay millones de víctimas en este país, grandes niveles de desigualdad en la tenencia de la tierra por eso son válidas”, puntualiza.
“Si bien las iniciativas tienen un esfuerzo importante, se necesitan cambios en las actitudes y sensibilidades de los agentes del Estado y de algunas de las Víctimas para que el programa deasistencia se transforme y se convierta en un programa de empoderamiento basado en derechos”, reza el informe.
De la misma manera, se conoció que la oficina para los Derechos Humanos en Colombia ha recibido denuncias sobre problemas burocráticos, estructurales y de seguridad de los activistas, ante lo cual la alta comisionada exalta la labor de la Unidad Nacional de Protección (UNP), y alertó sobre los 37 reportes de defensores asesinados.
“Sólo uno de ellos tenía medidas de protección duras, hay que triplicar esfuerzos en las zonas rurales para proteger a estas personas que defienden los derechos humanos en el país”, concluyó el vocero de la ONU en Colombia, Todd Howland.
Las declaraciones se dieron durante la entrega del informe sobre la situación de Colombia en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario realizado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
Fuente: http://www.vanguardia.com/actualidad/colombia/197250-onu-mostro-su-apoyo-al-proceso-de-paz 

martes, 12 de febrero de 2013

Colombianos por la Paz llama a respaldar diálogos entre Gobierno y guerrilla

  "Valoramos mucho la liberación" de los uniformados, expresó Iván Cepeda


El defensor de los derechos humanos y miembro de Colombianos y Colombianas por la Paz, Iván Cepeda, señaló este martes que desde el colectivo consideran importante que todos los sectores de la sociedad colombiana respalden los Diálogos de Paz que adelantan el Gobierno de la nación suramericana y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) en La Habana (Cuba).
En declaraciones para teleSUR, dijo que “es importante respaldar el proceso de paz y la mesa de conversaciones” porque “precisamente una de las críticas que se han hecho al proceso es que, dado que se está llevando a cabo en medio del conflicto armado, las acciones bélicas podrían afectar” los Diálogos.
Cepeda subrayó que la entrega de los dos policías y el soldado raso retenidos por la insurgencia “tiene especial relevancia” al ocurrir en medio de las conversaciones orientadas al fin del conflicto armado en Colombia, que se ha extendido por casi 50 años.
“Valoramos mucho la liberación de estas personas (...) Como Colombianos y Colombianas por la Paz valoramos altamente que las FARC haya hecho un anuncio pronto y que esté en víspera de cumplirlo, eso demuestra una voluntad real de llevar a un punto final la guerra de Colombia, mediante un diálogo político y un acuerdo negociado”, agregó.
El también congresista recordó que el colectivo que integra ha participado en varias entregas, todas encabezadas por la exsenadora Piedad Córdoba y que han permitido que 14 personas regresen a sus hogares.
El corresponsal de teleSUR en ese país, Milton Henao, reportó que se espera la llegada de Córdoba y el viceministro de Defensa, Jorge Enrique Bedoya, a la sede de la Cruz Roja Internacional para socializar lo relacionado con las coordenadas y el protocolo de seguridad para la entrega de los uniformados.
Las partes “empezarán a trabajar en el proceso logístico. Esta información solamente se dará a conocer a la opinión pública el día de mañana (miércoles) por motivos de seguridad, incluso aún no se ha establecido si este proceso se va a dar a través de helicópteros o vía terrestre”, agregó.
Las FARC anunció el pasado 2 de febrero la entrega de dos policías y un soldado raso con intermediación de Colombianos y Colombianas por la Paz y el Comité Internacional de la Cruz Roja. Destacaron que los agentes de la Policía Nacional Cristian Camilo Yate Sánchez y Víctor Alfonso Gonzales Ramírez, se encuentran en buenas condiciones.
teleSUR/sa - FC

lunes, 11 de febrero de 2013

Movimiento Poético Mundial adhiere a los diálogos de Paz en Colombia

Colombia vive una de las mayores tragedias humanitarias de la Tierra. El mundo apenas se está apercibiendo de esta catástrofe. El pueblo colombiano es víctima de una guerra de más de medio siglo, constituyéndose en una de las más prolongadas guerras de la historia humana, y la más antigua de las guerras que se libra en pleno siglo XXI, afectando la estabilidad política en Suramérica.

Este conflicto ha dejado más de un millón de muertos, y una cifra mayor de heridos, mutilados, desaparecidos, prisioneros y exiliados. Más de cuatro millones de colombianos han sido desplazados de sus tierras, (cerca de cuatro millones de hectáreas), hoy en manos de los señores de la guerra. Colombia, que posee dos océanos y tiene acceso a la selva amazónica, es una inmensa mina de oro, plata, diamantes, piedras preciosas, hierro, carbón, coltán y uranio. También posee enormes riquezas petroleras. Pero el 60% de su población es pobre, mientras el 11% es indigente.

Actualmente el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC adelantan un diálogo en busca de la paz en La Habana (Cuba).

La paz de Colombia, un país que ama profundamente la poesía, traerá una mayor estabilidad a los procesos democráticos de Latinoamérica y, por tanto, al mundo.

Las fuerzas de la poesía mundial se pronuncian por el fortalecimiento de este diálogo de paz, por un inmediato cese al fuego, y por la materialización de acuerdos que lleven a un estado de justicia social, paz, dignidad y reconciliación entre los colombianos.
La poesía, profundamente inspirada en la necesidad de paz en el mundo, está destinada a transformar y renovar el espíritu humano, recordando a los pueblos de la Tierra sus raíces antiguas, la demanda inmemorial de la justicia poética cumplida, la salvaguarda de la Naturaleza y el deber natural de la unidad espiritual y de la solidaridad en el mundo.

Es por esto que el Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo, (http://palabraenelmundo.blogspot.com/),que ha realizado miles de lecturas de poemas anualmente en un número creciente de países de la Tierra, convoca a desarrollar una acción poética global, entre el 9 y 21 de mayo próximo, en todos los continentes. Esta acción poética global podrá incluir lecturas de poemas, acciones poéticas y artísticas, conciertos y multiplicidad de iniciativas creadoras, para apoyar los diálogos hacia una paz definitiva en Colombia.

El Movimiento Poético Mundial (www.wpm2011.org), integrado por 250 festivales y organizaciones poéticas y 1.350 poetas de 131 países del orbe se suma a esta iniciativa, apoyándola en su integridad, y participando en su despliegue organizativo.

Poetas de todo el mundo firmamos en apoyo a la celebración de 12 días de acciones de la poesía por la paz en Colombia. Se suman artistas, intelectuales y académicos del orbe.Colombia vive una de las mayores tragedias humanitarias de la Tierra. El mundo apenas se está apercibiendo de esta catástrofe. El pueblo colombiano es víctima de una guerra de más de medio siglo, constituyéndose en una de las más prolongadas guerras de la historia humana, y la más antigua de las guerras que se libra en pleno siglo XXI, afectando la estabilidad política en Suramérica.

Este conflicto ha dejado más de un millón de muertos, y una cifra mayor de heridos, mutilados, desaparecidos, prisioneros y exiliados. Más de cuatro millones de colombianos han sido desplazados de sus tierras, (cerca de cuatro millones de hectáreas), hoy en manos de los señores de la guerra. Colombia, que posee dos océanos y tiene acceso a la selva amazónica, es una inmensa mina de oro, plata, diamantes, piedras preciosas, hierro, carbón, coltán y uranio. También posee enormes riquezas petroleras. Pero el 60% de su población es pobre, mientras el 11% es indigente.

Actualmente el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC adelantan un diálogo en busca de la paz en La Habana (Cuba).

La paz de Colombia, un país que ama profundamente la poesía, traerá una mayor estabilidad a los procesos democráticos de Latinoamérica y, por tanto, al mundo.

Las fuerzas de la poesía mundial se pronuncian por el fortalecimiento de este diálogo de paz, por un inmediato cese al fuego, y por la materialización de acuerdos que lleven a un estado de justicia social, paz, dignidad y reconciliación entre los colombianos.
La poesía, profundamente inspirada en la necesidad de paz en el mundo, está destinada a transformar y renovar el espíritu humano, recordando a los pueblos de la Tierra sus raíces antiguas, la demanda inmemorial de la justicia poética cumplida, la salvaguarda de la Naturaleza y el deber natural de la unidad espiritual y de la solidaridad en el mundo.

Es por esto que el Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo, (http://palabraenelmundo.blogspot.com/),que ha realizado miles de lecturas de poemas anualmente en un número creciente de países de la Tierra, convoca a desarrollar una acción poética global, entre el 9 y 21 de mayo próximo, en todos los continentes. Esta acción poética global podrá incluir lecturas de poemas, acciones poéticas y artísticas, conciertos y multiplicidad de iniciativas creadoras, para apoyar los diálogos hacia una paz definitiva en Colombia.

El Movimiento Poético Mundial (www.wpm2011.org), integrado por 250 festivales y organizaciones poéticas y 1.350 poetas de 131 países del orbe se suma a esta iniciativa, apoyándola en su integridad, y participando en su despliegue organizativo.

Poetas de todo el mundo firmamos en apoyo a la celebración de 12 días de acciones de la poesía por la paz en Colombia. Se suman artistas, intelectuales y académicos del orbe.

No hay crisis en la conversaciones


por Horacio Duque.

Crecen los espacios de la paz con justicia social. Se alejaron los nubarrones y riesgos para los diálogos de La Habana. El mal momento de la semana pasada (1 y 3 de febrero), se supero con inteligencia y gestos oportunos. Es la virtud de la dificultades, propician nuevas formas de conocimiento e interpretación de la la realidad social abigarrada. El Presidente Santos ha señalado que todo marcha con pie firme y las Farc/EP han dicho que no hay crisis en las conversaciones.

El incidente de los dos policias de Pradera y del soldado de Policarpa está en vía de resolverse en los términos que lo demanda la sociedad. Queda claro que se negocia en medio del conflicto, y que lo deseable es un cese al fuego bilateral.

Para resaltar que la intención de polarizar la sociedad como lo pretende la extrema derecha uribista no tiene eco en la nación, pues es un escenario que favorece su proyecto político altamente regresivo. La configuración reaccionaria que promueve el señor Uribe tiene un perfil destructivo que en nada aporta a la solución del conflicto social y armado.

Por supuesto, se necesita multiplicar los niveles de la potencia popular que acompaña la paz. Las conversaciones de paz requieren de la movilización de masas. Son estas las que deciden con su presencia en las calles y las esferas públicas el curso de la historia.

El acompañamiento popular amplia la legitimidad y eficacia de los diálogos y los consensos que han sido construido paulatinamente.

Diversas organizaciones de la sociedad civil, incluidas autoridades públicas municipales, distritales (Bogota con el Alcalde Petro) y regionales han proyectado un plan de acciones, movilizaciones y concentraciones para dar su respaldo a la paz.

El 9 de abril, fecha histórica para los colombianos, que permite recordar una tragedia de hondas repercusiones en el devenir nacional y político, en que cayo asesinado por las oligarquías el caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitan, se realizará una marcha sobre Bogotá, de cientos de colombianos para refrendar el proceso encaminado a superar el conflicto social y armado y construir una paz estable y duradera.

Sindicatos, organizaciones agrarias (Fensuagro), asociaciones populares, estudiantes, mujeres, indigenas, afrodescendientes, profesores, estudiantes y otras expresiones de la sociedad civil se han concertado para ponerse en movimiento y demostrar su voluntad en favor de los diálogos y la solución negociada de la guerra civil nacional.

La paz es del pueblo que sufre la violencia. La misma es un bien público que no admite la manipulación de la vieja politiquería ni el uso de caudill@s predestinados que arrastran los vicios del clientelismo y la corrupción mediante el vulgar soborno que se acompaña con ríos y maletas de dinero oscuro.

Paz con masas es la escuela en la que se construye un nuevo sujeto político para la democracia antineoliberal que todos demandamos desde abajo. Una subjetividad que se expresa en los liderazgos colectivos surgidos de la entraña popular.
 Cucuta, 6 de febrero de 2013.
 http://www.marchapatriotica.org/dialogos-de-paz

miércoles, 6 de febrero de 2013

De la tregua unilateral a la plenitud del conflicto


Por: Horacio Duque
Las Farc dispusieron desde el 20 de noviembre del año 2012, una tregua unilateral por 60 días en las hostilidades y enfrentamientos militares con las tropas del señor Santos.
La misma, según observadores profesionales imparciales, funcionó a la perfección. Los incidentes que se presentaron resultaron por las acciones ofensivas de los militares gubernamentales que no pararon sus acciones de guerra.
El país vivió unas fiestas navideñas y de año nuevo con tranquilidad y paz.
Desde el 20 de enero regresamos a la plenitud de los escenarios del conflicto social y armado que las conversaciones adelantadas en La Habana quiere superar mediante acuerdos y eventos como una Asamblea Constituyente para fundar un nuevo orden político de democracia pos neoliberal.
No obstante, la crudeza de la cruenta guerra civil es un factor perturbador que amenaza la Mesa de La Habana. Razón por la cual se ha propuesto una cese bilateral del fuego y hostilidades que debe fortalecer y legitimar la estrategia para alcanzar una paz estable y duradera.
El gobierno del señor Santos se niega a considerar dicha iniciativa pues parte de la falsa premisa del vencimiento y claudicación de la insurgencia revolucionaria. Según sus cálculos las guerrillas campesinas prácticamente han sido doblegadas en su potencia militar y lo que sigue es su rendición incondicional al poder de la oligarquía dominante, aceptando su hegemonía y políticas retardatarias que afectan a la gran mayoría de la sociedad.
Determinación que es un absurdo desconocimiento de las correlaciones de fuerza realmente existentes, que son las mismas que dieron pie al Acuerdo Especial y a la Mesa de La Habana.
Son las correlaciones de fuerza a la que concurren los potenciales de lado y lado, con todas sus connotaciones políticas e internacionales. Es lo que nítidamente refleja el episodio de los policías prisioneros de guerra de Pradera (Valle).
Como quiera que la decisión del Presidente Santos y el mando militar uribista es proseguir la guerra y acciones de tierra arrasada, los problemas y daños sobre los diálogos serán inexorables y fatales.
La plenitud de la guerra a la que ingresamos de nuevo hace más compleja la búsqueda de los acuerdos y la paz.
De allí la necesidad de implementar los acuerdos humanitarios y las medidas de regularización de la guerra que se han planteado por las Farc y otras voces de la sociedad civil.
Por supuesto, el texto del Acuerdo especial también tiene prevista una fórmula para el cese bilateral del fuego y hostilidades, que no necesariamente debe darse al final de las conversaciones como torpemente lo afirman los delegados oficialistas.
El Acuerdo de La Habana dispone que el segundo tema a tratar, luego de ser evacuado el punto del desarrollo agrario, se acordará entre las partes. Bien puede ser que ese aspecto sea el tercero establecido en la Agenda que es el del Fin del conflicto (que no es el fin real del conflicto), una de cuyas líneas es el Cese bilateral del fuego y hostilidades, que se debería implementarse inmediatamente como lo está requiriendo la opinión pública nacional e internacional.
Que se deje de ventajismos militares el señor Santos y los generales que vienen de pasado y colonizados por la ideología paramilitar de Uribe Vélez.
Si lo que de verdad quiere es su reelección por otros cuatro años que meta en cintura el dueño de Uberrimo, real enemigo de la paz de Colombia. La complacencia con este personaje es lo que impide sentar las bases verdaderas de la democracia en Colombia.
San Cristóbal, 3 de febrero de 2013.
Artículo tomado de la página de Partido Comunista Colombiano

FARC pide al Gobierno colombiano proteger los Diálogos de Paz


En la segunda jornada del cuarto ciclo de conversaciones en el Palacio de Conveciones de La Habana (Cuba), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) destacaron la necesidad de proteger y dar tiempo suficiente a los Diálogos de Paz.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llamaron ayer viernes al Gobierno de Juan Manuel Santos a escalar en los intentos por alcanzar la paz y proteger la mesa de conversaciones, que se mantiene en La Habana (Cuba).
El jefe de la delegación de los guerrilleros, Iván Márquez, afirmó ante la prensa que a pesar de la persistencia del Gobierno en seguir adelante con el enfrentamiento armado, las FARC-EP reitera su voluntad de avanzar en los intentos por alcanzar la paz, en un país con más de medio siglo de guerra.
También se refirió a las constantes negativas dadas por el Ejecutivo a las iniciativas presentadas por la guerrilla, encaminadas a contribuir con el desarrollo del diálogo, un proceso en el cual Cuba y Noruega fungen como garantes.
En este sentido, aludió a ejemplos como la oposición a aceptar un cese bilateral de operaciones y a permitir la presencia en la mesa de líder guerrillero Simón Trinidad, por su experiencia en el ámbito de la reconciliación.
El tema del cese bilateral de operaciones ha centrado la atención pública en los primeros días del cuarto ciclo de pláticas, pues mientras las FARC-EP se mantienen a favor del alto el fuego, el Gobierno considera que ello debe ser resultado de la mesa en La Habana.

El presidente Juan Manuel Santos afirmó recientemente que van a ser más contundentes en su acción militar y policial, "eso que quede absolutamente claro".

Por su parte, la Comisión de Paz del Congreso colombiano se mostró ayer favorable al cese bilateral de hostilidades y mencionó la posibilidad de establecer acuerdos humanitarios parciales.

Hasta este momento, la mesa ha abordado el tema del desarrollo agrario, el primero de una agenda de seis pactada por las partes que incluye además asuntos como la participación política, el fin del conflicto armado y la solución al problema de las drogas ilícitas.
Fuente: http://www.marchapatriotica.org/dialogos-de-paz-2/1120-dialogos-de-paz-farc-pide-al-gobierno-colombiano-proteger-los-dialogos-de-paz-2

PROPUESTA COMPLETA DE LAS FARC-EP PARA EL DESARROLLO RURAL, LA DEMOCRATIZACIÓN Y LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL DE COLOMBIA

                                         “Camino de Paz”, obra de la guerrillera Inti Maleywa

Ocho propuestas mínimas para el ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio, del derecho al agua y de los usos de la tierra

DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS (FARC-EP).
6 de febrero de 2013-02-05

Con el propósito de contribuir al desarrollo rural para la democratización y la paz con justicia social se formulan las siguientes ocho propuestas:
Ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio
Reordenamiento territorial y usos de la tierra para la soberanía alimentaria y el abastecimiento nutricional y alimentario de la población
Sostenibilidad socioambiental, derecho al agua y protección de las fuentes hídricas y de los ecosistemas frágiles
Definición de territorios de producción agrícola y de alimentos
Creación de nuevos asentamientos rurales para la producción agrícola y de alimentos
Recursos naturales no renovables en función del interés nacional y del buen vivir de la población
Minería artesanal digna y pequeña y mediana minería con sostenibilidad socioambiental
Cultivos de uso lícito de marihuana, amapola y hoja de coca y sustitución de cultivos de uso ilícito
1. Ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio
Frente a un ordenamiento autoritario del territorio, en el que éste se concibe como un mero instrumento para la obtención de jugosas ganancias mediante la extracción inmisericorde de los recursos naturales, o es inscrito dentro de estrategias militares de consolidación para proteger a los grandes capitales, o para imponer relaciones de poder basadas en el ejercicio estructural de la violencia estatal y paramilitar, se propiciará:
Un ordenamiento territorial fundamentado en la más amplia democracia y participación social, orientado a la construcción de una sociedad que supere la injusticia y la desigualdad, capaz de atender sus requerimientos alimentarios, de estabilizar sus comunidades, de realizar un manejo sostenible de su entorno, y en búsqueda del buen vivir de su población.
La convocatoria a un gran debate nacional acerca de la profunda reorganización espacial y territorial y de los impactos socioambientales que viene imponiendo la explotación minero-energética. Dicho debate debe producir un acuerdo político que permita reorientar el proceso de ordenamiento territorial con base en el uso de los recursos naturales en función de los intereses nacionales y del buen vivir de la población en general.
El reconocimiento y el respeto por toda forma democrática, comunitaria, participativa, autónoma de construcción del territorio y, en especial, de los territorios campesinos, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros, interétnicos e interculturales.
El reconocimiento y el estímulo del derecho a la consulta previa, libre e informada, extendido a las comunidades campesinas y, en general, a todo grupo poblacional cuyo modo de vida se pueda ver afectado por la implementación de proyectos minero-energéticos, infraestructurales, o de otra índole.
2. Reordenamiento territorial y usos de la tierra para la soberanía alimentaria y el abastecimiento nutricional y alimentario de la población

El nuevo ordenamiento territorial que requiere el país se debe fundamentar en usos de la tierra que consideren su vocación agroecológica, se orienten a garantizar el abastecimiento nutricional y alimentario de la población y la soberanía alimentaria en general, así como la sostenibilidad socioambiental. Los conflictos derivados del uso de la tierra siempre se deben resolver atendiendo este propósito. De manera específica se propone:
Actualización y definición precisa de las zonas de reserva forestal y de parques naturales.
Protección especial de las fuentes de agua con miras a garantizar el derecho al agua de la población y a propiciar su uso racional y controlado en la actividad económica.
Reconocimiento y formalización de sustracción de territorios de zonas de reserva forestal a favor de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes.
Desestímulo a la ganadería extensiva y “desganaderización” del uso de la tierra en 20 millones de hectáreas, acompañada de programas de reconversión tecnológica.
Definición precisa y cierre de la frontera agrícola; aumento del área de cultivos agrícolas hasta llegar a un equilibro entre tierras aptas para la agricultura y tierras efectivamente destinadas para esa actividad, privilegiando la producción de alimentos.
Solución de conflictos de usos de la tierra, derivados de las economías de extracción minero energética, a favor de la preservación de las condiciones de sostenibilidad socioambiental o de la producción agrícola, especialmente de alimentos, según el caso. Ello implica, prohibición o regulación estricta, según el caso, de las actividades de extracción minero-energética, especialmente de la gran minería a cielo abierto. Con igual criterio, se procederá con la explotación forestal con fines comerciales.
Creación del Consejo Nacional de la Tierra y el Territorio, encargado de trazar y establecer pautas generales de ordenamiento territorial, de definir los usos de la tierra, así como de los conflictos que de ella se deriven. Además de los representantes de los poderes públicos y de los organismos de control, de los gremios sectoriales, el Consejo se conformará con representantes de las comunidades de los territorios campesinos, indígenas, afrodescendientes, raizales, palenqueros, interétnicos e interculturales, así como de las organizaciones campesinas y de trabajadores agrícolas, escogidos por ellas mismas.
3. Sostenibilidad socioambiental, derecho al agua y protección de las fuentes hídricas y de los ecosistemas frágiles

En desarrollo de este propósito se impondrán medidas para:
Protección especial o restauración, según el caso, de ecosistemas frágiles y estratégicos, de las cuencas, los páramos y humedales y, en general, de la fuentes y recursos hídricos, así como de las zonas coralinas, entre otros; ampliación de los bosques y de las áreas protegidas; promoción de programas de reforestación masiva; definición de zonas de alta biodiversidad y protección de las variedades y especies nativas.
Prohibición o regulación estricta, según el caso, de actividades económicas mineras, energéticas, forestales, agrícolas o turísticas, que afecten la sostenibilidad socioambiental.
Reconocimiento y materialización del derecho humano al agua, según la resolución 64/292 de 2010 de Naciones Unidas. En consecuencia, priorización del uso del agua para el abastecimiento de las generaciones presentes y futuras, el riego y los cultivos; suspensión definitiva de proyectos de represas e hidroeléctricas, orientados a la exportación de energía, en particular del megaproyecto de El Quimbo.
Reconocimiento y estímulo a las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes por su indiscutible función en la preservación de condiciones socioambientales dignas y sostenibles mediante la implementación de programas específicos, el cubrimiento de la deuda ambiental contraída con ellas y la protección frente a mecanismos desarrollados por el negocio financiero transnacional con los bonos de carbono, incluido el llamado mecanismo REDD+ [1].
4. Definición de territorios de producción agrícola y de alimentos

El reordenamiento territorial debe conducir a una definición precisa de los territorios de producción agrícola, en general, y de producción de alimentos en particular. Teniendo en cuenta que el propósito primordial de la producción agrícola está orientado a garantizar el abastecimiento nutricional y alimentario dela población y, en general, la soberanía alimentaria del país, se pondrán en marcha las siguientes medidas:
Aumento del área agrícola efectivamente cultivada al menos a 20 millones de hectáreas, privilegiando el aumento del área de producción de alimentos.
En atención a que la economía campesina es la principal productora y abastecedora de alimentos, y registra de manera demostrada los más altos niveles de productividad, se crearán Zonas de producción campesina de alimentos, en una extensión que sumada no será inferior a 7 millones de hectáreas.
Las Zonas de reserva campesina se comprenden como parte del proceso de reordenamiento territorial. Considerando las zonas que ya tienen vida jurídica, las que se encuentran en trámite, y los cerca de 30 procesos de hecho, la definición territorial de estos procesos demanda al menos 9 millones de hectáreas. Parte importante de la economía de estas zonas se sustenta en la producción de alimentos.
En los territorios campesinos de Zonas de reserva campesina y Zonas de producción campesina de alimentos se estimularán e impulsarán producciones orgánicas y agroecológicas de alimentos.
Los territorios indígenas y afrodescendientes también se comprenderán como territorios de producción de alimentos y deberán ser estimulados con programas específicos para ese propósito.
La producción de alimentos no excluye la agricultura para la exportación, ni la agroindustria. Los territorios para esta agricultura deberán delimitarse igualmente. Los territorios de producción cafetera merecerán especial atención y protección. En el caso de los cultivos de larga duración, orientados a la producción de agrocombustibles, su localización, sus límites territoriales o su prohibición, según el caso, se fijarán atendiendo la sostenibilidad ambiental, la afectación de fuentes de agua y los requerimientos de abastecimiento alimentario. Explotaciones agrícolas desarrolladas con tecnologías intensivas en utilización de agroquímicos serán desestimuladas.
En el caso de un ordenamiento territorial basado en encadenamientos productivos entre grandes productores y productores campesinos y/o trabajadores asalariados agrícolas deben garantizarse acuerdos equilibrados que posibiliten repartos equitativos del excedente, condiciones dignas de trabajo y de existencia, y atención a estándares laborales, incluido el aseguramiento social.
Se hace necesario impedir cambios en el uso del suelo rural por la imposición de la lógica urbana, incluyendo las reconversiones derivadas del mercado de servicios y el turismo, del cambio en las unidades de medida para la comercialización del suelo, o de la presión impuesta por los procesos de urbanización.
5. Creación de nuevos asentamientos rurales para la producción agrícola y de alimentos

El reordenamiento territorial contemplará la construcción de condiciones de trabajo y de vida adecuadas y atractivas en los medios rurales, propiciando la formación concertada de nuevos asentamientos mediante la canalización hacia ellos de inversiones y servicios.
Con los nuevos asentamientos rurales se busca fortalecer la organización de la producción de bienes agrícolas básicos en espacios aledaños a los centros de consumo, propiciando y afianzando el establecimiento y la estabilización de pequeños y medianos productores en esos espacios.

Los asentamientos podrán conformarse con la tierra distribuida gratuitamente a campesinos sin tierra, pobladores urbanos en condiciones de pobreza y miseria, trabajadores y proletarios agrícolas, mujeres sin tierra, que estén dispuestos a ello. También se conformarán con parcelas individuales y formas cooperativas o asociativas de propiedad. Estos asentamientos demandarán el impulso de proyectos de producción, transformación y provisión de bienes de origen agrícola para otros asentamientos, lo centros urbanos y la exportación.
La formación de los asentamientos, concertada con grupos poblacionales específicos, implica inducir cambios en la distribución espacial de la población, establecer las modalidades de asignación de recursos por parte del Estado, definir los rasgos de la economía rural según la vocación agroecológica de la tierra, y fijar su localización atendiendo criterios de conveniencia y de dotación de infraestructura.

6. Recursos naturales no renovables en función del interés nacional y del buen vivir de la población

Las economías de extracción de recursos naturales no renovables, en especial minero-energéticos, vienen transformando y afectando de manera significativa los derechos y la vida de las personas y de comunidades enteras, los usos del suelo, las fuentes de agua, los ecosistemas y, en general, la sostenibilidad socioambiental del país, así como las posibilidades futuras de la producción agrícola. El ordenamiento territorial que demanda el país impone ponerle freno a la expansión desordenada y anárquica de esas economías estableciendo prohibiciones, límites o regulaciones estrictas, según el caso. En desarrollo de ese propósito se deben emprender las siguientes acciones:
Declaración del carácter estratégico de los principales recursos naturales energéticos y mineros y recuperación de éstos en cabeza de la nación mediante la redefinición de las modalidades contractuales que han dado lugar a su usufructo en condiciones leoninas por inversionistas extranjeros; reformulación del régimen de regalías elevando de manera significativa el porcentaje de recursos a favor de la nación; eliminación del régimen de incentivos tributarios a inversionistas extranjeros.
Delimitación territorial precisa de las economías de extracción de recursos naturales no renovables y aprovechamiento de los recursos recuperados en función del interés nacional, del buen vivir de la población, del fortalecimiento de la base técnico-material del país y del procesamiento industrial para el mercado interno.
Destinación específica y preferencial de las rentas producidas por la extracción de recursos minero-energéticos para resolver los problemas económicos y sociales más agobiantes de la población en condiciones de pobreza y miseria.
Suspensión indefinida del otorgamiento de nuevos títulos mineros y de nuevas concesiones para la exploración y la extracción petrolera hasta tanto no se establezca, mediante estudios previos y consulta previa con las respectivas poblaciones, la viabilidad y sostenibilidad socioambiental de tales actividades; suspensión inmediata de las licencias ambientales de todos los proyectos minero-energéticos en curso que afecten los derechos económicos, sociales, ambientales y culturales de la población; endurecimiento de las condiciones de otorgamiento de nuevas licencias ambientales mediante regulaciones más estrictas que garanticen el cubrimiento integral de la deuda socioambiental producida por la ejecución de los proyectos.
Regulación estricta o prohibición, según el caso, de la gran minería a cielo abierto; prohibición de manera efectiva de la explotación minero-energética en zonas de páramos, con ecosistemas frágiles y de reserva agroecológica.
Imposición de obligaciones de reparación integral a las víctimas de la depredación socioambiental minero-energética, en cabeza de las empresas concesionarias y con responsabilidad compartida por el Estado; requerimiento de cumplimiento de condiciones de vida y de trabajo dignas, mediante a la atención de parámetros internacionales de legislación laboral, para los trabajadores que laboran en esas economías.
Derogatoria inmediata de la Resolución 0045 de junio de 2012 por medio de las cual se declaran como áreas estratégicas para la gran minería una gran parte de la región amazónica (incluyendo Caquetá y Putumayo) y un alto porcentaje de áreas de tradición y vocación agrícolas.
7. Minería artesanal digna y pequeña y mediana minería con sostenibilidad socioambiental

Con miras a garantizar el bienestar de las comunidades rurales, cuya actividad económica se concentra en la ancestral minería artesanal, así como en la pequeña y mediana minería, se llevarán a cabo las siguientes medidas:
Acompañamiento y protección especial a la minería artesanal, contribuyendo a preservar a su sostenibilidad socioambiental. Ello supone garantizar los derechos de los mineros artesanales y tradicionales, así como el respeto por su cultura.
Asistencia integral, económica, social, tecnológica, a la pequeña y mediana minería, con miras a hacer de ella una minería sostenible socioambientalmente, garante de trabajo y vida digna, o a provocar, según el caso, la reconversión de esta actividad minera hacia otro tipo de economía rural que posibilite la estabilidad socioeconómica de la comunidad.
Reconocimiento y legalización de los títulos mineros en manos de pequeños y medianos mineros; terminación de la persecución y la criminalización de esta actividad; definición de regulaciones específicas por parte del Estado.
8. Cultivos de uso lícito de marihuana, amapola y hoja de coca y sustitución de cultivos de uso ilícito
Con el propósito de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de comunidades rurales que actualmente dedican su actividad económica, por razones de subsistencia, a los llamados cultivos de uso ilícito, se implementarán las siguientes acciones:
Cesación de la política de criminalización y persecución a estas comunidades.
Suspensión inmediata y definitiva de aspersiones aéreas y de otras formas de erradicación considerando los impactos negativos socioambientales, económicos y sociales.
Legalización y definición expresa de usos de la tierra para cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca con fines terapéuticos y medicinales, de uso industrial, o por razones culturales, según el caso. Las zonas de cultivo y la producción se regularán en función de la demanda.
Reorientación de los usos de la tierra hacia producciones agrícolas sostenibles, mediante la implementación de programas integrales de sustitución de cultivos, concertados con las respectivas comunidades rurales. (Fin).

Fuente: https://www.anncol.eu/index.php/colombia/insurgencia/farc-ep/comunicados-de-las-farc-ep/1576-feb-6-la-delegacion-de-paz-de-las-farc-ep-en-la-habana-presenta-ocho-propuestas-minimas

La Delegación de paz de las FARC-EP en la Habana presenta ocho propuestas mínimas

La Habana, Cuba.
Sede de los diálogos por la paz con justicia social para Colombia.
Febrero 6 de 2013


Ocho propuestas mínimas para el reordenamiento y uso territorial


Frente a un ordenamiento autoritario del territorio, en el que éste se concibe como un mero instrumento para la obtención de jugosas ganancias mediante la extracción inmisericorde de los recursos naturales, o es inscrito dentro de estrategias militares de consolidación para proteger a los grandes capitales, o para imponer relaciones de poder basadas en el ejercicio estructural de la violencia estatal y paramilitar, las FARC-EP proponen.

1. Ordenamiento social y ambiental, democrático y participativo del territorio. Referido al ordenamiento territorial fundamentado en la más amplia democracia y participación social, para construir una sociedad que supere la injusticia y la desigualdad, capaz de atender sus requerimientos alimentarios, estabilizar sus comunidades y realizar un manejo sostenible de su entorno en busca del buen vivir de la población.

Proponemos, convocar un gran debate nacional acerca de la reorganización espacial y territorial y de los impactos socioambientales que viene imponiendo la explotación minero-energética. Abogamos además, por el reconocimiento y el estímulo del derecho a la consulta previa, libre e informada.

2. Reordenamiento territorial y usos de la tierra para la soberanía alimentaria y el abastecimiento nutricional y alimentario de la población. Se ha de fundamentar el uso de la tierra considerando su vocación agroecológica, la sostenibilidad socioambiental y la garantía de la soberanía alimentaria, lo cual implicará la actualización y definición precisa de las zonas de reserva forestal y de parques naturales, la protección especial de las fuentes de agua y su uso racional. En los procesos de sustracción de territorios de zonas de reserva forestal se deberá favorecer a las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes.

El reordenamiento territorial debe conducir al desestímulo de la ganadería extensiva, liberando no menos de 20 millones de hectáreas para propósitos agrícolas. Se definirá el cierre de la frontera agrícola, aumento de la producción alimentaria, frenar la deforestación y las actividades de extracción minero-energética, especialmente la minería a cielo abierto.

Al respecto, se deberá crear un ente de amplia participación y decisión popular encargado de trazar y establecer pautas generales de ordenamiento territorial, de definir los usos de la tierra, y los conflictos que de él se deriven.

3. Sostenibilidad socioambiental, derecho al agua y protección de las fuentes hídricas y de los ecosistemas frágiles. Reconocimiento del derecho humano al agua y definición de medidas de protección especial o restauración, según el caso, de ecosistemas frágiles y estratégicos, de las cuencas, los páramos, humedales, fuentes y recursos hídricos en general, así como de las zonas coralinas, entre otros. Abogamos por asuntos de interés nacional como la suspensión definitiva de proyectos de represas e hidroeléctricas, orientados a la exportación de energía, como el megaproyecto de El Quimbo.

4. Definición de territorios de producción agrícola y de alimentos. En el marco del reordenamiento territorial colocamos como primordial el propósito de la producción agrícola que garantice el abastecimiento nutricional y alimentario de la población. Se propone el aumento de las áreas efectivamente cultivadas, al menos a 20 millones de hectáreas y se reivindican la economía campesina y sus territorios (Zonas de Reserva Campesina y Zonas de producción campesina de alimentos) como principales productores y abastecedores de alimentos que son.

Los territorios indígenas y afrodescendientes también deben ser considerados territorios de producción de alimentos y ser estimulados con programas específicos.

5. Creación de nuevos asentamientos rurales para la producción agrícola y de alimentos. El reordenamiento territorial debe contemplar la construcción de nuevos asentamientos para la organización de la producción de bienes agrícolas. Tales proyectos se harían en espacios aledaños a los centros de consumo.

6. Recursos naturales no renovables en función del interés nacional y del buen vivir de la población. El nuevo ordenamiento debe poner freno a la expansión desordenada y anárquica de las economías minero-energéticas y extractivistas, estableciendo prohibiciones, límites o regulaciones estrictas, según el caso. Conlleva tomar medidas como la de suspender el otorgamiento de títulos mineros y de concesiones para la exploración y la extracción petrolera. Se debe derogar la Resolución 0045 de junio de 2012, por medio de la cual se declaran como áreas estratégicas para la gran minería una importante parte de la región amazónica y un alto porcentaje de zonas de tradición y vocación agrícola.

7. Minería artesanal digna. Pequeña y mediana minería con sostenibilidad socioambiental. Acompañamiento y protección de la minería artesanal con miras a garantizar el bienestar de las comunidades rurales, cuya economía se concentra en esta ancestral actividad. Se deberán reconocer y legalizar los títulos mineros que están en manos de pequeños y medianos mineros.

8. Cultivos de uso lícito de marihuana, amapola y hoja de coca y sustitución de cultivos de uso ilícito. Con el propósito de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de comunidades rurales que actualmente dedican su actividad económica, por razones de subsistencia, a los llamados cultivos de uso ilícito, se propone cesar la política de criminalización y persecución, suspender las aspersiones aéreas y otras formas de erradicación que están generando impactos negativos socioambientales y económicos. Hay que reorientar el uso de la tierra hacia producciones agrícolas sostenibles e incluso considerar planos de legalización de algunos cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca con fines terapéuticos y medicinales, de uso industrial, o por razones culturales.